26 de enero de 2023

Fresno

Fresno, fraxinus excelsior L. Centro botánico de Juzbado
Fresno, Fraxinus excelsior L. CBOJ
En todas las culturas antiguas el fresno fue sagrado y consagrado. En la mitología clásica está dedicado a Marte. La diosa Némesis, vengadora de la maldad, era representada con una rama de fresno y de fresno eran las temidas lanzas que portaban Aquiles y su padre Peleo.  Las Epimélides o Meliades, protectoras de los rebaños, eran las ninfas del fresno, que les fue consagrado.

No menos sagrado fue en la mitología celta. Los druidas atribuían al fresno poderes prodigiosos, ya que, según ellos, este árbol jamás era herido por el rayo. Le incluyeron en el alfabeto gaélico con la letra N, que corresponde al dios Nuin o Nion y dentro de su horóscopo en el periodo del 18 de febrero al 17 de marzo.

Cosmogónico y universal en la mitología escandinava es Iggdrasill, el fresno, el árbol de los mundos, el árbol del universo. Su copa alcanza los confines del universo, sus ramas cubren el mundo y en ellas hay un águila que con su vista penetrante escudriña todo cuanto acontece en el mundo, dando cuenta de ello a Odín por medio de una ardilla. Enraíza en lo alto de una montaña y soporta los nueve mundos, sus raíces alcanzan el Asgard, donde viven los Ases, el Alfheim, donde viven los silfos, el Iotumheim, donde viven los gigantes y en lo más profundo de sus raíces, en torno al pozo, moran las Nornas, diosas del destino.

Bajo su sombra, los dioses se reunían para impartir justicia y de él y el olmo se decía que nacieron el primer hombre y la primera mujer.