Célebre médico y naturalista suizo, nació en Zurich el 26 de marzo de 1.516 y murió en la misma ciudad el 13 de diciembre de 1.565.
Sus padres Urso Gesner y Agata Frick, unos modestos comerciantes de pieles cargados de hijos, no habrían podido dar una carrera a Conrad sin el celo y dedicación de su tío Jean Frick, que le hizo hacer algunos estudios clásicos y le dio las primeras nociones de historia natural. Más tarde, su tío habló con su amigo Jean- Jacques Ammieu (o Ammans), profesor de elocuencia en Zurich, para que recogiera a Conrad, dado que su manutención le resultaba un gran sacrificio, estuvo en su casa tres años, en los que Ammieu dirigió los estudios de Gesner hacia las ciencias médicas.
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Conrad Gesner (Fuente: lookandlearn.com) |
Estando cerca la muerte de su tío, con lo que perdería la protección de su amigo, solicitó una bolsa de estudiante en la universidad, que le fue concedida para el año siguiente, por ello a la muerte de su tío, casi al mismo tiempo que la de su padre, tuvo que regresar a casa de su madre a trabajar, pero su antiguo profesor habló con Wolfgang Fabricius, predicador erudito, que le acogió en su casa de Estrasburgo a cambio de que Gesner, con 16 años, le ayudara en sus investigaciones. Con él aprendió hebreo y pronto colaboró en sus búsquedas sobre filología y libros sagrados, tanto que apenas le quedaba tiempo para sus propios estudios, por lo que regresó a Zurich con una beca concedida por la municipalidad junto con su amigo Jean Frissius, célebre orientalista. Pronto se sintieron atraídos por Paris, centro intelectual de la época, y se dedicó a toda clase de estudios. Él mismo cuenta que devoró todos los libros griegos, árabes, hebreos o latinos que le ofrecían, cosa que desaconsejó encarecidamente que hicieran los alumnos.
En 1.536, por la persecución contra los protestantes desencadenada bajo los auspicios de Francisco I, Conrad tuvo que regresar a Estrasburgo, donde adquirió una gran reputación como “un prodigio de saber”. Su fama llegó a Zurich, y el consejo le requiere como profesor en el colegio municipal, con un sueldo bastante exiguo, por lo que solicitó y obtuvo autorización y una pensión para ir a Basilea y estudiar por fin medicina y ciencias naturales. Allí trabajó en el diccionario greco- latino de Favorinus Camers.
Al año siguiente fue requerido en Lausana, donde el senado de Berna acababa de fundar una academia, destinándolo a la cátedra de literatura griega. Estuvo tres años en contacto con las plantas de los Alpes y los textos médicos antiguos, hasta que en 1.540 decide trasladarse a Montpellier para terminar su instrucción médica en esa prestigiosa universidad, donde se unió a eminentes naturalistas, como P. Belon, Laurent Joubert o G. Rondelet, con quienes aumenta sus conocimientos en la materia.
Regresó a Basilea en 1.541, donde consigue por fin el título de doctor, y elige la ciudad de Zurich para ejercer como médico y profesor de filosofía. En ese tiempo realiza diversos viajes por las montañas y las bibliotecas más prestigiosas, recopilando material para sus obras. Publica la “Biblioteca Universal”
Pese a la pobreza que siempre le acompañó, logró recopilar un inmenso número de figuras de animales y plantas, ayudado por el dibujante Juan Thomas, algunos amigos, por medio de correspondencia con sabios, o por el contacto con pescadores y cazadores, todos ellos contribuyeron a enriquecer los conocimientos de sus obras.
A partir de 1.554 ingresa como médico facultativo en Zurich, lo que le supuso un cierto alivio económico. Con ayuda de donaciones formó el primer gabinete de zoología de la universidad, que le dio un gran prestigio, y en 1.555 fue nombrado profesor de Historia Natural, cátedra que conservó hasta su muerte.
Bullinger consigue para él el grado y sueldo de canónigo, con lo que Gesner se pudo dedicar más a la botánica. Cultivaba en su jardín plantas de los Alpes y las que le mandaban de otras partes de Europa, enviaba jóvenes a las montañas para que le recolectaran plantas, intentó fundar en Zurich un jardín botánico y un gabinete de Historia Natural, discutió con Mattioli, experimentó sobre sí mismo con las plantas para curar mejor a los enfermos y no limitarse a contar lo que otros relataban sobre sus efectos.
Frontispicio de la Opera Botánica (Centro Botánico Juzbado)
Estaba en el apogeo de su gloria cuando la peste asoló Basilea en la primavera de 1.564, extendiéndose hasta Zurich. Gesner estuvo cuidando a los enfermos durante dos años junta con su amigo Keller y su discípulo y amigo Gaspar Wolf. Cuando estaba próximo su fin, en vez de meterse en la cama ordenó todos sus asuntos e hizo testamento, en el que ordenaba entregar a G. Wolf sus manuscritos para que los publicara. Editó Epistolae Medicinales, pero no pudo terminar la tarea, y vendió los manuscritos y los libros de su maestro de Dioscorides, Teofrasto y Plinio repletos de notas, a Camerario, que lo publicó en dos volúmenes con más de 100 figuras, pero sin citar a Gesner.
Doscientos años después de la muerte de Gesner, sus papeles cayeron en manos de C. I. Trew, que se puso de acuerdo con C. Schmiedel y el célebre grabador Seligman de Nüremberg, para dar por fin a la luz su obra con el título de “Conradi Gesneri Opera Botanica”.
A pesar de su muerte temprana, Gesner publicó numerosas obras. Su “Historia Animalum” puede considerarse, a decir de Cavier, la primera base de la zoología moderna. Elevó la historia natural al rango de ciencia en un momento de gran atraso, pues se acababa de salir de la Edad Media. Ha sido considerado, con todo el mérito, el “Plinio Alemán”.